miércoles, 21 de febrero de 2018

PETRARCA


Hace unos días leímos en clase un poema de Petrarca, que analizaré  a continuación, en el que el autor por medio de la intronspección nos deleita con un soneto sobre sus sentimientos respecto al amor. Pero antes de analizar el soneto debemos conocer un poco acerca del poeta:


AUTOR:

Petrarca fue un poeta y humanista italiano. Durante su niñez y su primera adolescencia residió en distintas ciudades italianas y francesas, debido a las persecuciones políticas de que fue objeto su padre, adherido al partido negro güelfo. Cursó estudios de leyes en Carpentras, Montpellier, Bolonia y Aviñón, si bien nunca consiguió graduarse.

Según relata en su autobiografía y en el Cancionero, el 6 de abril de 1327 vio en la iglesia de Santa Clara de Aviñón a Laura, de quien se enamoró profundamente. Se han hecho numerosos intentos por establecer la identidad de Laura, e incluso sus contemporáneos llegaron a poner en duda su existencia, considerándola una creación para el juego literario. Petrarca defendió siempre, sin embargo, su existencia real, aunque sin revelar su identidad, lo que ha inducido a pensar que quizá se tratara de una mujer casada. Sí que está comprobado, en cambio, que mantuvo relaciones con otras mujeres y que dos de ellas, cuyos nombres se desconocen, le dieron dos hijos: Giovanni y Francesca.
La lectura de las Confesiones de Agustín de Hipona en 1333 le sumió en la primera de las crisis religiosas que le acompañó durante toda su vida, y que a menudo se refleja en sus obras. 


Con el fin de poder dedicarse en mayor medida a la literatura, intentó reducir sus misiones diplomáticas, y para ello consiguió una cononjía en Parma (1348) que le permitió disfrutar de beneficios eclesiásticos, y posteriormente tras varios traslados de ciudades, pasó los últimos años de su vida en Padua, donde los Carrara le regalaron una villa en la cercana población de Arqua.

OBRA:

Su producción puede dividirse en dos grupos: obras en latín y obras en lengua vulgar. Las primeras fueron las que le reportaron mayor éxito en vida, y en ellas cifraba Petrarca sus aspiraciones a la fama. Cabe destacar en este apartado el poema en hexámetros África (que dejó inacabado y en el que rescata el estilo de Tito Livio), las doce églogas que componen el Bucolicum carmen y la serie de biografías de personajes clásicos titulada De viris illustribus. Reflejo de sus inquietudes espirituales son los diálogos ficticios con San Agustín recogidos en el SecretumPetrarca logró en vida una importante fama como autor latino y humanista, tal como prueba su coronación en Roma como poeta, en 1341. Sin embargo, sus poemas en lengua vulgar recogidos en el Cancionero fueron los que habían de darle fama inmortal. Aunque Petrarca los llamaba nugae (pasatiempos), lo cierto es que nunca dejó de retocarlos y de preocuparse por su articulación en una obra conjunta, lo cual denota una voluntad de estilo que por otra parte resulta evidente en cada una de las composiciones, de técnica perfecta y que contribuyeron grandemente a revalorizar la lengua vulgar como lengua poética. En la primera parte del Cancionero, las poesías reflejan la sensualidad y el tormento apasionado del poeta, mientras que tras la muerte de Laura, acontecida según declara el poeta en 1348, su amor resulta sublimado en una adoración espiritual. Petrarca supo escapar a la retórica cortés del amor, transmitiendo un aliento más sincero a sus versos, sobre todo gracias a sus imágenes, de gran fuerza y originalidad. Su influencia se tradujo en la vasta corriente del petrarquismo.

SONETO

Cuando me paro a contemplar los años
que han esparcido huyendo mis pensamientos
y apagado el fuego dónde helándome ardí,
y acabado el descanso de mis afanes,
rota la fe de los amorosos engaños,
y en dos partes todo mi bien dividido,
una en el cielo y otra en la tierra,
y perdido el provecho de mis daños,
en mí vuelvo, y me encuentro tan desnudo
que siento envidia por cualquier extrema suerte:
tanto dolor y miedo de mí tengo.
¡Oh mi estrella, oh Fortuna, oh Hado, oh Muerte,
oh para mí siempre dulce día y cruel,
como me habéis puesto en tan bajo estado!

En el soneto que hemos leído, Petrarca habla del lado negativo y el pensamiento más pesimista sobre el amor, pues lo experimentó, al no ser correspondido por su amada Laura. Podemos apreciar el desengaño amoroso que tuvo a lo largo de su vida (v.5), su decepción respecto al amor que le condujo poco a poco a la pérdida de la fé en este tras reflexionar acerca del poco provecho que le dió al amor y su mala suerte en el, la importancia que le daba a la suerte, el destino y la fortuna (v.12), y el miedo que tenía se sí mismo (v.11)
Mediante recursos estilisticos, el poeta muestra sus sentimientos de forma abierta mediante la introspección, sin dirigirse a ninguna mujer en especial, sin utilizar la misogía, simplemente atribuye su lamento y pesimismo a su mala fortuna en la vida. Por lo que la finalidad del autor en el poema es mostrarnos el lado escondido del amor.

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